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    Fantasmas Del Ático

    sábado, 5 de enero de 2013

    Eres mi historia favorita

    Llegué a casa. Aquella tarde el camino hasta la librería se me había hecho eterno. No me apetecía hablar con nadie… y justo en ese momento, mi madre me interceptó  a mitad de camino de las escaleras.
    -          Cielo.
    -          Dime.
    -          Tienes visita. – y miró hacia la puerta de mi habitación.
    Estupendo. Lo que me faltaba. Aún así… cuando entre en mi cuarto, me quede sin palabras. ¿Qué hacía él allí? O mejor. Corrijo. ¿Qué hacia él solo en mi habitación?
    -          - ¿No ves que en la puerta pone llamar antes de entrar? Si llamas y no contesta nadie, no puedes pasar.
    -          Esa norma te la acabas de inventar. Bueno, ¿a dónde te habías ido? – me preguntó cambiando de tema. Si las miradas matasen puede que aquel hubiese sido mi primer asesinato. – Vale, Vale. No contestes. A ver qué me dices de esto… Como tardabas tanto he leído tu libro de historias.
    -          ¿QUÉ?
    -          Anda, cállate, sientate y escucha. – No tuve más remedio que hacerle caso. De pronto me sentía desnuda, sabía que me había puesto roja (no sabía si de ira o de vergüenza) y no conseguía emitir ningún sonido que considerase que tuviese sentido. - ¿Cómo lo haces? ¿Cómo consigues que tus historias sean tan especiales? Una de las cosas que más me gustan es la forma en la que evolucionan contigo.
    -          No te entiendo.
    -          El ejemplo más claro son los lugares. Empiezas en el instituto…. Luego el escenario cambió a la politécnica… ¿y ahora qué va a ser? ¿Una universidad con forma de instituto? No me mires así. Es cómo la describes cuando me hablas de ella. También lo haces con las personas. Según aparecen y salen de tu vida vas cambiando los personajes.
    -          ¿Cómo lo sabes?
    -          ¿Cómo no lo voy a saber?
    -          Supongo que me alegro de que te gusten, pero no tenías que haber leído nada. ¿Sabes lo que es la intimidad? Así que fuera de mi habitación. No sé qué querías, pero me da igual.
    -          De acuerdo, me voy pero… ¿Te cuento un secreto?
    Se acercó, me dio un beso en la mejilla y me dijo muy bajito:
    -           Eres mi historia favorita.
    Y se fue.
     

    4 comentarios:

    1. Creo que si alguien leyera mi libro de historias, me quedaría sin voz.
      Me encanta la imagen que has puesto de fondo, es preciosa.

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    2. Aunque no lo parezca a veces resulta irresistible que la persona que nos considera su historia vea un poco también de las nuestras...
      Me ha encantado :)

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    3. Hacia mucho que no me pasaba a leerte. Te superas. Te superas con cada entrada. Enhorabuena!

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    4. Lo cierto es que todo paso hace demasiado tiempo, pero no puedo dejar de escribir sobre aquello. Supongo que es la única forma que tenía entonces de ser fiel y realista conmigo misma. Creo que escribir me salva muchas veces de caer en la cuenta de que por mucho que lo intente mis palabra solo se cumplen a medias.
      Me gustaría ser capaz un día de dejar de escribir sobre eso. Pero lamentablemente creo que es de las pocas cosas de las que puedo hablar sabiendo exactamente lo que digo :)

      Muchas gracias por tus palabras de verdad. Y espero una próxima actualización tuya ^^

      Un besito(:

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