Páginas

    Fantasmas Del Ático

    sábado, 24 de agosto de 2013


     
    Se odio por un instante por aquellas decisiones erróneas que había tomado. Pero solo eso. Un instante. Por que al segundo siguiente comprendió que gracias a ellos se había caído con la suficiente fuerza como para conseguir mirar las cosas desde la perspectiva correcta. Bueno... al menos una un poco mejor, más de verdad. Sin tanta niebla alrededor. Había muchas cosas que no entendía y muchas preguntas de las que nunca creía que conseguiría una respuesta. Se sintió frustrada por no poder ir a su refugio de siempre pero comprendió que era el momento de buscar otro mejor, más lejano, más inalcanzable para el resto del mundo.
    A veces tenía la sensación de que era una máquina programada, vieja, oxidada, descuidada y defectuosa que se ahogaba en un mar de nada muy a menudo porque no era capaz de recordar cómo respirar. Sentía como la gente la asfixiaba con su insistencia, con sus recordatorios continuos, con sus consejos inútiles y con palabras vacías de interés. Qué intentaban anclarla en algo que ya había ocurrido como si les divirtiese rememorar los errores ajenos.
    Cogió las llaves del coche y sin dar ninguna explicación salió de casa. No sabía cuánto tardaría, pero aquel día le pareció  perfecto para aprender sin prisa, y con todo el tiempo del mundo, a dejar de intentar hacer funciona el CTRL Z y aprender a usar el SUPR mientras encontraba ese sitio único donde podrían enseñarla a respirar.

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Chat gratis