Era fácil. Era sencillo. Era simple. Era solo papel y tinta.
Eran letras con sentido y sentimiento. Era una larga descripción. Era un número
de hojas que no paraba de cambiar. Era una silueta que no existía. Era un
personaje.
Sí, era esas letras que bebía cada vez que compraba un
libro. Era ese chico perfecto que cumplía todos los requisitos que necesitaba,
que me gustaban, que me atraían, que me fascinaban, que me aterrorizaban, que
me enamoraban. Era el sueño de todas las noches. Era la pesadilla de todas las
noches. No era real.
Ese es el motivo por el cuál te tenía miedo aquel día en el
concierto. El motivo por el que te evitaba con todas mis fuerzas. ¿Por qué?
Porque tú sí que eras real.
La realidad supera siempre a la ficción, ¿eh?
ResponderEliminarSiempre ellos son el motivo.
ResponderEliminarBesos!!