Páginas

    Fantasmas Del Ático

    Mostrando entradas con la etiqueta Fantasías Peligrosas. Mostrar todas las entradas
    Mostrando entradas con la etiqueta Fantasías Peligrosas. Mostrar todas las entradas

    miércoles, 16 de julio de 2014

    Esperanza de que me digas que todo está bien.

    Y otra vez estaba allí. Sumergida en aquella ridícula piscina desesperada por escuchar nada. Solo pedía que todas la voces de mi alrededor desapareciesen por un minúsculo instante, que el corazón dejase de latir tan rápido cuando pensase en ti y que los milagros existiesen para poder saber por qué has cambiado y te has vuelto tan distante.
    Vale, a lo mejor era mucho pedirle a aquella vieja piscina, pero en verdad me da miedo sentir que estas dejando de ser importante porque por primera vez las grietas de mi fachada están cerrándose a tiempo para impedirte el paso. Que reconozco que no te necesito en mi vida, pero que aún así me muero porque seas una parte importante en ella.
    Respiro profundamente y comienzo a nadar. Ojala todo fuese tan sencillo como eso. Como ahogarme nadando hasta que caiga exhausta sin elección a hacer o pensar nada demasiado coherente o importante. Pero hoy ni siquiera eso funciona, porque solo me viene tu maldita foto de portada a la mente y me entran ganas de llorar. ¿Y si mi Rubito favorito tiene razón? No puedo pasar por alto que todo lo que me dijo tiene una gran dosis de realidad que me hace falta. Que me hizo pararme a pensar y que cabe la posibilidad de que sea verdad.
    Las lágrimas se escapan de mis ojos perdiéndose en el agua. Lo tengo fácil. Solo necesito decir que había demasiado cloro o alguna otra escusa ridícula.
    Te echo de menos pero no como antes. Tengo ganas de que me hables y no lo haces. Se me escapan la ilusión y las ganas y aún así prometí que no abandonaría nuestro solar a medio construir y puedes tener la certeza de que no lo haré. Que volveré a dejar de lado a alguien si un día me vuelves a necesitar aun que sea solo para soltar unos de tus pequeños discursos.
    Pero a pesar de eso a veces pierdo la razón, me vuelvo loca, me alimento de esperanza y espero algún día volver a verte y que me digas que todo está bien.

    Pero hoy no es ese día… no es ese momento. Hoy solo toca nadar hasta desfallecer en el intento de no pensar en ti.  


    martes, 15 de julio de 2014

    -      



               -  Todavía la quieres ¿verdad?

    Obtuve como respuesta el silencio.

    -         -   Vale, no te esfuerces. Ya has dicho suficiente.

    En el fondo no me pilló por sorpresa. Siempre hay alguien mejor que tu para ocupar el primer lugar. Pero seguía sin saber por qué tuvo que ponerse justamente esa foto de portada.


    Me dolía el pecho cada vez que la veía. 


    lunes, 30 de junio de 2014

    (3) Ganas de Besarte




    Esas ganas de besarte. Si, esas ganas de que te olvides de todo y me beses como si no existiese mañana. De que me calientes la boca con algo que no tenga nada que ver con el Tequila.  De que me abraces muy fuerte y me dejes sin aire. De que me mires de esa forma que tú sabes y hagamos una pequeña guerra que sé que perderé instantes después. De que cojas esa maldita cuerda y nos enredemos juntos en ella.
    Esas terribles ganas de ver una película en tu cama mientras comemos palomitas. De que te vuelvas loco, me secuestres y pongas rumbo a un destino desconocido. De que me arranques la ropa sin miramientos. De que te olvides que soy una niña y me hagas tuya.
    Esas terribles ganas de creerme cada una de tus promesas imposibles. De soñar que a lo mejor son de verdad. De atreverme a confiar en ti y que no me importe se algún día me haces daño. De quedarme desnuda y olvidarme el escudo de hierro a los pies de tu cama. De que me conozcas al 100% y que a cambio pasemos noches en vela descubriendo tus secretos. Esas ganas de saber de ti porque sé que tienes mucho que ofrecer.

    Si… al final…. esas terribles ganas de que hagas que me enamore de ti…. hasta que solo sea capaz de decirte que te quiero. 


    martes, 24 de junio de 2014

    ¿Resumirte la vida en un momento?

    Ese momento en el que te duele hasta el alma unas palabras leídas y empiezas a llorar por primera vez por una persona.... hasta tal punto que te resulta imposible escribir algo coherente.
    Ese momento en que te das cuenta de que te importa más de lo que pensabas. 


    lunes, 23 de junio de 2014

    Hasta que lluevan pianos del cielo.


    Cerré los ojos instintivamente como cada vez que alguien me acariciaba el pelo, solo que esta vez lo único que ibas a hacer era recuperar tus gafas de mi cabeza. 

    No esperaba encontrarte mirándome segundos después. Algo chasqueo. ¿No lo escuchaste? Con la intensidad que transmitías con tus ojos oscuros me sentí más desnuda que nunca. Y en ese momento deseé que me besaras. Y sentí que me podría ir contigo al fin del mundo y no dejarías que me pasase nada. Que me rescatarías incluso antes de ser capaz de pedir ayuda. Que no me harías daño. 

    Algo chasqueó y sentí mil y una estupideces imposibles. Pero como decía la canción, deseé con todas mis ganas que te quedaras a mi lado hasta que lloviesen pianos del cielo. 


    viernes, 20 de junio de 2014

    Hoy pagas tú.

    La película de Antena3 es igual de mala que cualquier otro sábado, y mi medio litro de helado de chocolate blanco desaparece por momentos. Por alguna estúpida razón no dejo de mirar el móvil, pero siempre acabo decepcionada. No sé a qué aspiro en esta tarde de sol, pero lo que más me apetece es hablar con él. Estará ocupado. Seguro que tiene cosas mejores que hacer antes que darme conversación, pero no puedo negar que sería capaz de estar toda la noche sin dormir si él es el que está al otro lado del teléfono. 
    Era sencillo y a la vez demasiado complicado. 
    O a lo mejor es que como siempre yo lo hacía todo extremadamente más difícil de lo que era. 
    Asqueada cojo el bolso y me voy a comprar suministros.  

    *****

    - ¿Qué pasa pelirroja?¿Qué haces?
    - Pues nada, comprando helado. ¿Y tú que tal?
    - Uf, yo estoy aquí, haciendo presupuestos para la guerra. 
    - Como no.
    - He estado mirando y tienes que pedir más a menudo. No te cortes. 
    - Ya estamos. Qué pasa, ¿no tienes nada mejor que hacer que espiarme?
    - Alaaaaa. Borde. No te espío. Me informo. Y no, hoy me quedo en casa sin plan. De relax.

    Y sin motivo sonrío. ¿Por qué?
    Miro a ver qué sabor toca esta vez y sin darme cuenta estoy pensando qué cuál es el que le gustaría a él. La verdad es que sino tenía nada que hacer estaría curioso eso de pasar la tarde en mi piso tirados en el sofá subsistiendo a base de comida basura. Y se podría ir al videoclub de al lado a por una peli.

    - ¿Vas a estar en casa sin hacer nada de verdad?
    - Pues claro. ¿Por?

    ¿De verdad estaba pensando decírselo? Si soy sincera conmigo misma me muero de ganas de preguntar. Pero a lo mejor era complicar las cosas. A lo mejor no quiere. O a lo mejor... me saco un máster en poner escusas...

    - A ver, simplemente contesta ¿Qué tipo de películas te gustan?
    - Las de acción.
    -¿Qué sabor de helado prefieres?
    - El de dulce de leche. 
    - Vale... a ver... contesta con sinceridad. ¿Te vendrías a mi casa a pasar una tarde-noche de pelis? Luego podemos coger algo para cenar. 
    - ......
    - Si no quieres no pasa nada ¡eh?

    Y como no, me podía la inseguridad, el qué pensará y el miedo a una negativa.

    - ¿Y a la cena invito yo? 
    - ¿Cómo que invitas tu? Pero que manía tienes. 
    - Bueno, me estas ofreciendo ir a tu casa... y dijimos que en la primera cita pagaba yo. Creo que es lo más justo.
    - ¿Cita? ¿Pero de que vas?
    - Anda no te enfades que es broma. 

    Creo que no quiero que sea una broma. Pero no sé si tener una cita como tal oficial sería adecuado. O si. O... madre mía que indecisión. 
    Respiro profundamente y escribo:

    - Vale. Pagas tu. A las 7 en mi casa. 

    No sé si me estaré equivocando o no, pero tengo clara una cosa: 

    Las aventuras son mucho más bonitas cuando huelen a peligro. 
    Chat gratis