Aprendí a quererte, aunque tú no te lo creas. Y me daba
igual si estabas lejos o a mi lado. Solo quería saber que podía contar contigo
cuando gritase tu nombre. Que podría escuchar tu voz, que podrías abrazarme…
que me harías sentir que existía, que era importante para ti. Y en el fondo me
importabas más que nadie… aunque no te lo demostrase a diario. Y si sentía que
te perdía me faltaba el aire. Y entonces fallo algo. Nunca he conseguido
encontrar qué era aquello que se rompió, pero a estas alturas supongo que
estará lleno de polvo. Y es que todavía tengo tu foto y la miro de vez en
cuando. Es extraño. No quiero volver a compartir mi vida contigo… Pero me
alegro de haberte conocido.
Me ha encantado. Una vez, después de escucharte y de volver a leerlo creo que hay demasiado detrás de esas palabras y que sea lo que sea, aún duele.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte (:
Me gusta muchísimo este texto...
ResponderEliminarMe siento tan identificada con lo que has escrito.. De hecho, hace unos días pensé lo mismo.. que ya ni siquiera le echo de menos después de todo, aún cuando un día pensé que jamás le olvidaría.. Pero me alegro de que estuviese por ese tiempo en mi vida..
Me quedo por aquí, me encanta!
un besito!
Me ha pasado como Cé, acabo de descubrir tu blog, creo que he vivido más de un momento así en mi vida, muchísimas cosas tienes.
ResponderEliminarTe sigo, un saludo :)
Si dolieron, es que fueron importantes y que también proporcionaron felicidad. Así que, por mucho que sigan doliendo o no duelan para nada, casi siempre nos alegramos de haberlas conocido. Pero, por lo menos en mi caso, mejor que no vuelvan.
ResponderEliminar¿Por qué yo no puedo ver el video? Qué rabia tengo!!
ResponderEliminarBesos, el texto, al menos, me ha encantado.
Me ha encantado. Muchas veces he pensado lo mismo: que no me arrepiento de haber conocido a alguien, que en realidad me alegro, pero aún así se me hace difícil compartir mi vida con esa persona.
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