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    Fantasmas Del Ático

    martes, 14 de diciembre de 2010

    Diálogo entre Almas


    -Tienes mala cara.

    -Hace tiempo que la tengo.

    -Pero… es que parece que estas muerta.

    -A lo mejor es porque lo estoy, ¿no crees?

    -No digas eso. En el fondo nunca morimos, sólo nuestro cuerpo lo hace.

    -A veces, el alma también muere.

    -Sólo por el hecho de que estás hablando conmigo, sabes que no.

    -En ese caso, a veces, no estaría mal que el alma desapareciese y dejase de existir.

    -¿Y puedes contarme a qué viene esa aptitud tan pesimista?

    -El otro día no pude evitar recordar. Lo vi.

    -¿A quién?

    -(sonrisa escéptica) Buena intuición… A ÉL.

    -¿Me vas a contar la historia o me tengo que matar a preguntas?(risa repentina)

    -Que chiste más malo y de mal gusto. Todos estamos muertos.

    -Que poco sentido del humor.

    -Ya… Hace tanto que soy incapaz de acordarme del año… Era feliz. Deseaba con toda mi alma que existiese la vida después de la muerte para así tener la tranquilidad de que pasaría toda la eternidad con EL. Qué ingenua fui entonces. A pesar de que vivía en las nubes, sobre todo los primeros meses, era lo bastante inteligente para darme cuenta de los pequeños-grandes fallos en mi historia perfecta. Mis padres no me apoyaban. Hacían promesas que no tenían intención de cumplir. Ponían condiciones. Parecía que era lo único que sabían hacer. Condiciones al amor… menuda estupidez. Con todo, yo lo intentaba, pero no era fácil. Un día, la poca esperanza que me quedaba se vio resquebrajada cuando EL me dijo que era posible que nuestra gran diferencia de gustos hiciese que con el tiempo, llegase a irse con otra. ¡OTRA! Todavía me deprimo al pensar en esa conversación. Lo que más me dolió, fue que tenía que reconocer que en el fondo tenía razón. Una relación a kilómetros, de escasa comunicación, sin apoyo, sin nada, estando completamente sola, estaba destinada al fracaso desde el principio. Lo único que podía salvarla era la esperanza, esa que perdí después de sus palabras. No iba a tener una vida eterna con EL. Es verdad que podría llegar a ser feliz, pero con otra persona ocupando su lugar…

    -Qué triste palabras…

    -Si, lo son. Pero lo más triste es que a pesar de intentar seguir adelante, con el tiempo se hicieron verdad. Se fue con otra a la que podía cuidar y tocar todos los días. Creo recordar que era guapa, inteligente y tenían los gustos parecidos. Igual de extremistas y alocados. Una parte de mi se alegro de que sucediera. Se merecía lo mejor. Alguien que le pudiese dar todo lo que yo no.

    -Pero eso pasó hace mucho tiempo y llevas vagando por aquí casi tanto como yo. Y eras feliz. Eras todo energía. Bueno, hasta hace dos meses, que estas cambiando hasta de color. Ya no eres blanca, eres… gris… (susurrando la última palabra)

    -Lo sé… no sé qué significa, pero no puedo hacer nada para combatirlo. Hace dos meses… escuche la conversación de dos almas que recordaban viejos tiempos. Estaba enamoradas, felices, juntas, y se reían mientras traían a su memoria la imagen de un perro blanco que les había regalado una amiga en el pasado. La voz del chico me resultaba familiar, pero no fui capaz de identificarla. A los pocos días, no solo los escuche reírse y hablar, sino que también los vi. Ambos llevaban sus guitarras consigo. Cuando el chico se giro y puede verle la cara… era EL. Ha cumplido su sueño: estar en la eternidad con la mujer a la que ama. Todo eso me hizo recordar lo que creí haber olvidado.

    -¡Pero no puedes estar así!

    -Me estoy consumiendo…

    -¡Tienes que pararlo!

    -No quiero…

    -¡¿Por qué?! (desesperada)

    -Porque… ¿Quién sabe?... a lo mejor demuestro que las almas no son inmortales. A lo mejor desaparezco… y dejo de sentir…

    Lied

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