Estoy sentada en la cocina, con una botella de Malibu al lado. Últimamente solo leo cosas que me hacen llorar, que dude de mí misma, que… que me dejan sin dormir.
Adiós
Estoy preocupada… empiezan las clases en una semana y en estas navidades no he conseguido hacer nada. Sólo los colores predominan en el calendario de las próximas dos semanas porque esta todo lleno de exámenes. Y yo…. No he hecho nada.
Adiós
Me voy a la cama, mi sueño es intranquilo, sólo doy vueltas, tengo calor, tengo frío…
Adiós
Lo mejor será que vaya vaciando la botella, que todavía la veo medio llena. El líquido fluye por mi garganta. Es un sabor indefinido, asqueroso, pero a la vez prometedor. Mi estómago lo acepta a regañadientes porque hace más de 24 horas que no como ni bebo nada.
Adiós
Tengo una montaña de libros esperándome en mi habitación, muchas peleas con mis padres por delante, y una media que tengo que subir para alcanzar una universidad decente.
Adiós
Últimamente todo lo que digo parece estar equivocado, y las maniobras de acercamiento se convierten en alejamiento, no sólo de las personas a las que van dirigidas, sino también cada vez me alejo más de mi misma.
Adiós
Ya no hay una botella, hay dos… estoy consiguiendo rápido el efecto deseado. Así fuera de la vida real, parece que me encuentro más en sintonía conmigo. Ya no dudo tanto, así que no cometo tantos fallos seguidos. Por otra parte tampoco puedo llevar a cabo lo que pienso, porque mi cuerpo pesa demasiado y no responde.
Adiós
Como no hago nada, no cometo el peligro de romper nada, ni metafórico ni real. Mi mundo se apaga poco a poco a mi alrededor mientras se va desmoronando. Todo lo construido en estos meses va cayendo en pedazos a mi lado, salpicándome a cada paso que doy.
Adiós
Siento como estoy al límite de mis fuerzas, y aprovecho la poca concentración que me queda para subir a gatas las escaleras mientras desecho de mi mente los días en que era una gata feliz…
Adiós
Veo mi cama a lo lejos, en el fondo del pasillo, y justo detrás de ella, la terraza que se me antoja demasiado atractiva. Si caigo desde un octavo no creo que sienta demasiado el golpe.
Adiós
Creo que lo mejor sería despedirme… Sigo avanzado y ya no soy consciente de si he alcanzado la cama o he ido más haya. Sólo sé que me estoy dejando caer… ¿pero a dónde? Da igual, ya que en ambas opciones, todo se vuelve negro.
Princess_of_Hell
No hay comentarios:
Publicar un comentario