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    Fantasmas Del Ático

    jueves, 13 de enero de 2011

    Grita mi Nombre y Apareceré




    La casa está vacía. Se han ido todos al cine mientras que yo me he quedado a solas con mis pensamientos. Si Grito algo sé que solo encontrare la respuesta del eco.

    Gritar…

    En el fondo solo es eso lo que me apetece, gritar. Si lo hago a lo mejor me deshago de esta sensación de vacío.
    Creo que ha sonado el móvil, pero en el fondo reconozco que ha sido mi imaginación porque hace mucho que me móvil no habla, no suena, no reclama mi atención. Me obligo a moverme hasta que lo cojo y no me sorprendo al verlo apagado.
    Llevo un día muy nostálgico y creo que me apetece recordar y vivir unos minutos en el pasado. Voy a la bandeja de entrada y comienzo a leer desde el primer mensaje que conservo suyo. Acabo sonriendo. Hace mucho que debería haberme deshecho de ellos, pero son demasiado bonitos para Perderlos.

    Perder…

    Con una cansada sonrisa abandono el móvil en la cama y voy al armario para coger una caja. La caja…
    No sé si abrirla… la abro. Me encuentro las cartas en el mismo orden en que las deje la última vez. Cojo una y me la llevo a la nariz. Cierro los ojos. Si, puede que me haya vuelto loca, pero todavía sigue quedando algo de su colonia. Su imagen me viene a la mente y mientras voy leyendo una de sus cartas, no desaparece, acompañándome a unos meses donde todo era perfecto. Cuando levanto la vista y miro alrededor todas las cartas que me rodean esparcidas por el suelo, él esta sentado junto a mí mirándome a la expectativa. Perfecto. Ahora veo Fantasmas.

    Fantasmas…

    Le miro y tomo la decisión de borrar los mensajes del móvil. Cuando estoy a punto de eliminar el primero, le he visto una mirada de tristeza. Suspiro. Tengo que reconocer que no puedo hacerlo. ¿O si? “Tengo que ir a por folios, los necesito”. Cuando tenía las hojas en la mano y después me he hecho con un bolígrafo, es cuando he sabido que estaba haciendo lo correcto. Me tumbo en el suelo con el móvil al lado y el primer mensaje abierto. Lo leo y comienzo a copiarlo.
    Cuando termino de hacerlo, elimino el mensaje del móvil.

    -         Jajaja. Has conseguido sorprenderme.

    Estoy desconcertada. Le miro. Me sonríe.

    -         Si bueno. Es la única forma de deshacerme de ti sin que desaparezcas.

    Tengo que seguir escribiendo. No podía seguir hablando con un fantasma. Pero es difícil concentrarse en algo cuando su risa no me deja tranquila. Al final no soy consciente del tiempo. Solo puedo escribir y borrar, escribir y borrar, escribir y borrar.
    Eliminar. Sí. Fin. No queda ninguno.

    -         Gracias.
    Me había olvidado de su presencia, pero él de la mía no. Pero… está desapareciendo… me esta dejando Sola.

    Sola…

    Suspiro, guardo con cuidado las cartas y las hojas. Cierro la caja sabiendo que acabo de terminar el último capítulo del libro. Un final triste. Pero la vida es así.
    Sin darme cuenta, me doy cuenta de que acabo de gritar su nombre. Tu nombre. Recuerdo que un 22 de marzo me dijiste: “grita mi nombre y apareceré”.
    Te necesito, y a mi grito sólo me responden el silencio y la soledad.

    Entonces, de fondo, soy conciente de que suena una canción del Sueño de Morfeo…

    Sino estás,
    Me traiciona el subconsciente.
    Sino estás,
    Me descubro de repente… nombrándote
    Y me siento tan perdida…

    Princess_of_Hell

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