Baila Conmigo

-         Anoche vi una peli de baile increíble. – le dije emocionada mientras paseábamos por la Gran Vía – Me encantaría bailar como ellos.

-         Pero si tú también bailas.

-         Sí, pero no baile de salón. Creo que es algo tan romántico y con tanto sentimiento…

Una semana después me llamo y me dijo que tenía una sorpresa para mí. Vino a buscarme a casa y cuando le abrí la puerta me sobresalte.

-         ¿Qué es eso?

-         Un loro. Lo he cogido del desván de casa. ¿Te gusta?

-         ¡Claro! Es precioso. Ya no quedan muchos como ese.

No quiso decirme para que fuimos hasta Getafe, al cerro de los Ángeles. Nos salimos del camino habitual por el que paseaban un montón de personas absortas en sus propios mundos y nos introdujimos entre los árboles.

-         Mira, este era mi escondite secreto cuando era pequeño.

-         Es precioso.

Desde donde estábamos se podía ver toda la ciudad sin que ella se diese cuenta de que estaba siendo observada. Y en el horizonte, el día nos regalaba un hermoso atardecer.

-         Cielo.

-         Dime. – dije mientras me daba la vuelta.

Vi cómo le daba a un botón y comenzaba a sonar una música lenta… la banda sonora de Titanic… mi favorita. Se levanto y me tendió una rosa.

-         ¿Qué es esto?- dije desconcertada.

-         Baila conmigo. – me dijo bajito mientras se acercaba.

-         ¿Aquí?

-         Y ahora. – me susurro al oído antes de besarme y comenzar a bailar.

[Every night in my dreams, I see you… I feel you…]