Permíteme que te confiese una cosa. Me da mucho miedo la idea de que te conviertas en mi prioridad. Que te conviertas en la única ancla de mi barco. Que te conviertas en mi diario, en mi mundo, en mis sueños… en cualquier cosa que al final acaba haciendo daño.

No quiero que me pidas que te prometa que nunca más besaré a alguien que no seas tú. Ni quiero que tú me prometas que me querrás para siempre. Porque al final, lo más probable es que sea mentira. O no. No se sabe… y precisamente por eso no se puede prometer. En caso extremo, te puedo decir que te prometo que nunca besaré a nadie que no seas tú mientras que esté contigo, porque eso, sí que es verdad. Si estoy contigo toda la vida, perfecto, y si no sabré que no habré mentido.
Pero aún así… tengo miedo. Sí. O no. Puede. No es miedo exactamente. Pero bueno, da igual. ¿Por qué? Porque por suerte o por desgracia ya eres mi prioridad. Solo me queda ponerme gafas para ver mejor y no prometer cosas que no son.
Sabes que tampoco soporto las promesas y prefiero las afirmaciones. Y siempre que me hacen una reniego...
ResponderEliminarYo es que ya la conozco... y no me ha traido nada bueno, al menos en cuanto al todo el tema de estudios se refiere.
ResponderEliminarA mi tampoco me gusta prometer algo que no sé si podrá ocurrir en un futuro cuando sabes que en materia de sentimientos,éstos cambian sin previo aviso.
ResponderEliminarY convertir a alguien en tu prioridad,termina ocurriendo porque así lo queremos subconscientemente,no lo podemos evitar..