Me costaba mucho pasar varios días sin estar con él, pero a la vez sabía que eso me hacía más fuerte y más consciente de la realidad. Nunca imaginé lo mucho que me calmaría escuchar su voz.
- Mira al cielo princesa.
- ¿Qué pasa?
- ¿Ves la luna?
- No
- ¿En serio?
- ¿Tú la ves?
- Tampoco – me dio por reír – Bueno, pues busca la estrella más brillante.
- Vale, ya la estoy viendo.
- ¿Has recibido el mensaje que la he enviado?
- Si
En realidad la estrella no me había dicho nada y me lo había dicho todo. No sabía qué era exactamente lo que le había dicho él a la estrella. No sabía si era un te quiero, un te amo, un te echo de menos, o un eres increíble y maravillosa. Pero daba igual, porque aquella noche, ese punto lejano y brillante en el cielo, me transmitió todo lo que podía decirme él cada vez que me miraba a los ojos. Por un momento sentí que le tenía al lado, y agradecí al cielo su asombroso poder de estar en todas partes y a la vez en ningún sitio en particular.
Me encanta tu blog! Pasare mas seguido saludos :D
ResponderEliminarmuy hermoso tu blog!!!
ResponderEliminarhermoso el texto, te sigo,
saludos desde mi castillo...
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