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    Fantasmas Del Ático

    sábado, 14 de abril de 2012

    No me daba miedo que lo descubriese


    Ese día estaba nublado. Las gotas más atrevidas caían del cielo, pero era pocas. Menudas cobardes. Tenía ganas de que lloviese tanto que fuese casi imposible conducir. Quería salir del coche y que el agua me calase hasta que el frío me helase los huesos.
    El cielo se iba oscureciendo perezoso. Mi humor empeoraba por momentos. Lamentaba estar con él. Estaba convirtiendo el coche en un pequeño infierno lleno de reproches, cambios de humor, ironías… Estaba fría como el témpano, me sentía enjaulada, encerrada, agobiada. El coche me parecía más pequeño que nunca.
    Aún así, con todo, cuando le miraba a los ojos sentía que no había un sitio mejor que aquel. Que no quería estar en ningún otro lugar y que no tenía forma de agradecerle su infinita paciencia. Estaba siendo casi lo peor de mí misma. Lo más sorprendente, es que no me daba miedo que lo descubriese.
     

    1 comentario:

    1. "Lo más sorprendente, es que no me daba miedo que lo descubriese." No siempre contamos todo con palabras

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